domingo, 27 de mayo de 2012

49º Relato: Con Hipotiroidismo y Diabetes


Bueno os voy a contar como fue mi comienzo de lactancia...
Me presento, soy Sara, diabética e hipotiroidea, ante, todo dar las gracias a mis tíos, si no fuera por ellos no creo que siguiera dando el pecho a mi pequeña (llevamos 10 meses y los que nos quedan). 
Dicen que a las diabéticas les cuesta tener la "subida" de leche, en mi caso fue todo lo contrario. Me da rabia que en el hospital no te asesoren ni ayuden a dar el pecho, vuelvo a repetir que si no están mis tíos... 
Bueno el mismo día que me dieron el alta, me dio una mega subida de leche y yo no sabía que me pasaba, tenía los pechos muy duros y a medida que pasaba el tiempo iba a peor. 
Cuando llegamos a casa, me puse a mi pequeña al pecho, tenía hambre, pero no podía comer. Se quedó dormida de agotamiento y nos fuimos a la parcela a pasar el fin de semana. 
Intenté dar de comer a mi pequeña y ella lo intentaba pero no podía, entonces llamé a mis tíos y les conté lo que pasaba, vinieron a verme y el problema era que tenía tal subida que mi pequeña no podía comer porque la areola estaba tan tensa que no podía engancharse. 
Inmediatamente se bajaron mi tío y mi suegra a la farmacia a por un sacaleches, porque intentamos sacar mediante ordeño pero fue imposible. 
Mientras me traían el sacaleches, mi tía me ponía paños calientes en los pechos (alivian bastante). Me daba mucho miedo que mi pequeña se acostumbrara a los biberones, sólo tenía tres días de vida, pero claro, tenía que comer, llevaba más de 7 horas sin comer. 
Estuve un día y medio sacándome leche hasta que conseguí vaciar los dos pechos bien y pude poner a mi pequeña a la teta. Lo pasé fatal pero merece la pena. 
Después de esa malísima experiencia, hubo otra que de no ser por mi cabezonería ,nos podría haber costado la lactancia.... Os cuento, a mi pequeña le costaba mucho dormirse sola, pero al ser madre primeriza esas cosas no las sabes, yo estaba encabezonada con que mi pequeña lloraba de hambre (y era de sueño)...
Estando un día unos amigos en casa, la nena se puso a llorar e inmediatamente la puse a la teta y no se enganchaba porque lo que quería era dormir, pero todos pensábamos que tenía hambre... La solución para la gente era darle un bibe y no quise (menos mal). Por la noche, llamé a mi tío y me dijo que me relajara, que me tumbara en la cama con mi pequeña entre los pechos que ella se pondría a comer... al rato se puso a comer y se durmió. 
En ese momento nos dimos cuenta que lo que la pasaba era que no se sabía dormir sola, había que acunarla en brazos. Después de eso, la dormía en brazos y a la teta (me usa de chupete). 
Por último, decir que la lactancia es algo hermoso, único, creas un vínculo muy especial, pero es muy complicada y más aún cuando la gente de tu alrededor te lo pone difícil ya que a mí me han llegado a decir que es más cómodo sacarse la leche y dar el bibe que darle el pecho directamente... Tiene tela!!!!

miércoles, 16 de mayo de 2012

48º Relato: Querer es Poder

Desde siempre he sabido que si tenía un hijo le iba a dar de mamar, me parecía lo más natural y pensaba, que al volver a trabajar a los 4 meses le quitaría la teta, ya que imaginaba imposible al estar tanto tiempo fuera de casa continuar con la lactancia. El 18 de abril de 2011 nació Aarón, fue el día más feliz de mi vida, cuando me lo pusieron encima y vi su carita no pude evitar las lágrimas. Enseguida nos subieron juntos a la habitación y le ofrecí el pecho. No tardó ni 1 minuto en cogerse, es increible como actúa el instinto. Nos fuimos a casa y todo marchaba bien, hasta que al 5º día tuvimos que ingresar a nuestro bebé por ictericia. En el hospital me ofrecieron la posibilidad de darle el pecho durante el día y sacarme leche para que ellos le dieran biberones por la noche. Eran de mi leche, pero insistí y logré convencerlos de que me dejaran darle yo misma de madrugada. Nos alquilamos el papá y yo una habitación en el mismo hospital y conseguí continuar con la lactancia sin que intervinieran tetinas de por medio. Prueba superada!! Después llegaron más... una mastitis muy dolorosa y al tercer mes el reflujo de Aarón que estuvo un tiempo sin dejarle comer a gusto. Y llegó inevitablemente el horrible día de volver al trabajo, pero GRACIAS a la ayuda de varias mujeres maravillosas y consultoras de lactancia, empecé a informarme y me dí cuenta de que "querer es poder". Comencé a sacarme leche en el despacho a la hora del almuerzo y continué dándole pecho a mi peque. Hasta hoy, que tiene casi 13 meses y seguimos con la teta a demanda, haciéndonos felices el uno al otro y disfrutando a tope de nuestro maravilloso vínculo, con risas, juegos y mucho, mucho amor.

lunes, 14 de mayo de 2012

47º Relato: Si se quiere, se puede


Desde antes de quedarme embarazada había soñado con tener un embarazo lo menos medicalizado posible y un lactancia exitosa. Ya embarazada visitaba páginas web y leía libros sobre el tema. Amigos y familiares me advertían de que no idealizara mi parto, pero yo pensaba ¿por qué no? Si otras mujeres podían tenerlo ¿porqué yo no? ¿tan complicado es, si es la cosa más natural del mundo? Bueno, pues si que se complicó, primero comencé con una diabetes gestacional (hereditaria), luego detectaron un pequeño problemilla en el cordón umbilical y que la niña no cogía suficiente peso, me mandaron reposo. Casi al final del embarazo la niña ya había cogido algo de peso pero un día, en la semana 38 de gestación, tras hacerme un registro, me hicieron una ecografía y ahí volvieron a confirmar el bajo peso de la niña y el problema en el cordón umbilical, en ese mismo momento y después de ver que tenía algunas contracciones, decidieron provocarme el parto. Me salto toda esta parte que yo recuerdo con mucha tristeza y dolor, que muchas ya conocemos y llegamos al momento del parto que finalizó en cesárea urgente. Siempre le comenté a mi marido (que me acompañó todo lo que pudo o le dejaron) que si acababa en cesárea que intentara que no me separasen de mi niña más de 2 horas. 
Por fin vi a Lucía con lágrimas en los ojos y medio drogada, le di un besito le dije que la quería mucho y se la llevaron. No volví a verla pasadas ya 6 horas. Cuando por fin llega a mi habitación, me comunican que le están dando biberones porque se le bajó el azúcar. No sólo tuve un parto horroroso sino que se me fastidia la lactancia, no me lo podía creer. Pensé para mí misma: a ver Lidia, le dieron biberones y qué, tú enchúfale la teta a ver que hace. Pues eso hice y qué pasó, pues lo que suele pasar en estos casos, no cogía la teta. Después de esto comenzó mi "Plan de Urgencia" en el que incluyo, pezoneras, biberones de ayuda, sacaleches, posturas, libros y un etcétera de recursos para conseguir darle tetita a Lucía. Después de 2 meses utilizando mi "Plan de Urgencia" conseguí darle lactancia materna exclusiva a mi bebé y los ingredientes que hicieron esto posible fueron: perseverancia, constancia, teta y más teta a demanda, quitar pezoneras, quitar biberones muy poco a poco, Carlos González, seguir tu instinto, mucho amor, apoyo familiar, muchas ganas y no rendirse nunca. Que conste que durante todo este proceso, lloré mucho, y estuve a punto de rendirme muchísimas veces. 
Hoy en día Lucía tiene 8 meses, yo trabajo con turnos muy variados y ella toma teta por la mañana muy temprano y en la cena, a veces también en el almuerzo. Está hecha una experta, ella misma cambia de teta cuando se termina la primera. Dar el pecho es un momento muy esperado para las dos en el día a día. Estoy muy orgullosa de Lucía y de mi misma por haber logrado la mayor parte de mi sueño. Gracias a todos los que me apoyaron, sobre todo a mi marido y a mi madre que han estado conmigo en todo momento.

Gracias a ustedes también por esta labor en pro de la lactancia materna y para que las mamás puedan compartir sus historias.

sábado, 12 de mayo de 2012

46º Relato: Tras cesárea programada...

Mientras estaba embarazada, no me preocupé mucho de buscar información sobre la lactancia, pues yo pensaba que todo era teta - niño y que no podría haber ningún problema de posición. Además, por otro lado tampoco es que estuviera muy convencida de poder darle el pecho mucho tiempo, pues yo creía que como tenía poco pecho (de tamaño me refiero), pues no tendría mucha leche, añadiendo que mi madre nos dió el pecho sólo la cuarentena tanto a mi hermano como a mí. Lo que si sabía es que el pecho se daba a demanda y eso sí lo entendía bien, a demanda es a demanda, no hay reloj, ya pensaba yo que mi abuela no andaba mirando el reloj, así que por lo menos lo de las tres horas tenía claro que era una tontería… con eso, ya me creía que estaba más que lista para darle el pecho a mi hijo el poco tiempo que pensaba que le podría dar. Pues bien, mi hijo vino al mundo un martes por cesárea programada porque venía de culo y no tenía mucho espacio para poder darse la vuelta, y aunque él no se dió la vuelta sí vino a dar la vuelta a todo lo que yo pensaba sobre lactancia y crianza, vamos que puso mis ideas patas arriba. Como ya he dicho, nació por cesárea programada, con lo cual ni se pusieron en juego todas las hormonas necesarias para que naciera, ni me lo pusieron al pecho nada más nacer, pues yo estuve sin él 5 horas en la sala de reanimación, tras su nacimiento y con esto ya empieza mi odisea con la lactancia. Cuando me subieron a planta mi marido me puso al niño encima de mí y empezamos a intentar que se cogiera al pecho; primer problema: pezones planos, ya empezaron a intentar sacármelos con una jeringa; segundo problema: si alguna vez se enganchaba yo me encogía de dolor, porque me daban los entuertos y me dolía la herida, así que el comienzo no fue precisamente un camino de rosas. Mi hijo es muy tranquilo desde su nacimiento y llora muy poco también y la verdad es que aunque me lo ponía al pecho, no era porque el llorara, porque no lo hacía, él sólo dormía. Esa noche empezó a llorar de hambre y como no se enganchaba bien, le dieron un poco de biberon. Al día siguiente seguimos con lo mismo del día anterior, y el jueves un poco más de lo mismo, con la diferencia de que me subió la leche y entonces se me pusieron las tetas muy duras y ya sí que estaba difícil que mamara. Entonces me saqué la leche, pero la tenía que tirar porque el sacaleches era del hospital y no tenía recipientes donde pudiera guardar la leche. Así que ya llevaba dos día mi niño sin comer bien, porque tampoco es que comiera mucho biberón, se pasaba casi todo el día con un sorbo de leche, así que me dijeron que como el niño estaba muy tranquilo, quería hacerle unas pruebas para ver que todo era normal y que no le pasaba nada. Ahí ya me asusté del todo y cuando el pediatra me dijo que lo que tenía era un niño tranquilo y poco llorón, la que empezó a llorar desconsoladamente fui yo, pero de alivio, porque ya me había puesto en lo peor. Lo que sí me dijo es que si él no pedía debía darle cada tres horas, por lo menos por el día, porque si no podíamos entrar en un círculo, si el niño no come, no tiene fuerzas y entonces no puede ni llorar, ni mamar y estaría cada vez más débil, así que desde entonces yo cada tres horas lo ponía al pecho y si no quería cogerse, pues un poco de leche con una jeringuilla. Así llegamos al sábado que es cuando me dieron el alta, y como mi marido ya me había comprado un sacaleches, ahora lo que hacía era intentar darle el pecho cada tres horas, y si no se enganchaba darle de mi leche en la jeringuilla, así descubrí que por lo menos le gustaba mi leche y lo que no sabía era cogerse al pecho. Esto me supuso otro llanto, pues yo pensaba que no le gustaba. A partir de entonces empecé a preocuparme por buscar información y descubrí que debía de ponérmelo piel con piel y en una habitación tranquila y a oscuras.. así lo hice y al segundo día de hacerlo, empezó a engancharse que ya no ha parado en sus doce meses. Después vinieron algunos problemillas más, pero esos se resolvieron con el libro que me dio a conocer al gran Carlos González, "Un regalo para toda la vida". Es un libro que recomiendo a toda mujer que quiera dar el pecho, para que se le quiten todas las posibles dudas. Muchas gracias por la lectura y ánimo a todas las madres, porque sé que todas hacemos lo que creemos mejor para nuestros hijos.

martes, 8 de mayo de 2012

45º Relato: Paz

La llegada al hospital fue urgente. Acababa de empezar la semana 37 y tenia la tensión muy alta, así que la matrona me aconsejó ir al hospital. Estando en cama, unas horas antes de tener a mi pequeña, una enfermera me preguntó si quería darle pecho, le dije que si, y ella me explicó que al ser madre diabética la tendrían que subir a neonatos y que yo tendría que subir después del parto a amamantarla. Con el parto todo se complicó, la tensión bajo de golpe y subió súbitamente, el azúcar también se me mareó un poco... mi niña nació a la 7 de la tarde por cesárea y yo salí de reanimación pasada la medianoche, con mucho malestar porque solo le había podido dar un beso fugaz, y no la había tenido en brazos, ni le había dado el pecho, pensando en ella pasé la noche. A la mañana siguiente, sobre las 8 de la mañana pedí subir a verla y probar suerte por si se cogía aun a mamar, la enfermera me dijo que posiblemente le costaría porque ya había tomado varios biberones, me quitaron la sonda, los goteros y como pude me levanté. El encuentro fue muy emotivo, por un lado el dolor intenso de los 14 puntos de la cesárea y por otro la alegría de ver su linda carita. Los tres días siguientes los pase subiendo a darle pecho cada tres horas entre dolores, frustaciones y alegrías. Intentaba sacarme leche pero no podía, la cambiaba de posición en cada toma pero mi chiquitina no se acababa de coger... El tercer día me la bajaron a la habitación y en la toma de las 9 de la noche le dije a mi madre que no me sentía bien, en lugar de levantarme yo me la pusiera a ella en la cama, y fue mágico, el verdadero encuentro, una junto a la otra, medio desnudas las dos pasamos la noche, mirándonos, cantándole, acariciando su pequeña carita, a ratos durmiendo, a ratos tomando pecho. Desde ese dia han pasado muchas cosas, muchas personas y muchos comentarios, algunos de ellos desagradables, “tu leche no debe ser buena” “la niña necesita ya comer” pero el peor de todos el de la primera pediatra que la atendió en el centro de salud, a las dos semana de vida, me dijo que no ganaba peso y que tenia que quitarle el pecho y darle biberon, salí llorando, derrotada, sin entender que estaba haciendo mal, pero mis padres dieron con una solución muy fácil, cambiar de pediatra. Han pasado casi dos años y seguimos teniendo nuestros momentos íntimos de lactancia, es en esos momentos donde madre e hija nos encontramos, nos queremos y lo mas importante: nos entendemos.

lunes, 7 de mayo de 2012

44º Relato: Por que dar el pecho es algo más…

Cuando estaba embarazada de unos 5 o 6 meses, fui por primera vez a la preparación al parto. Entonces conocí a la persona que me enseñó, me educó, me aconsejó, me animó e incluso puedo decir que me convenció para dar el pecho. Yo no llevaba nada pensado, ni me había planteado dar o no el pecho porque yo fui a las clases para que me enseñaran a cuidar de mi hija. Llevaba preguntas sobre como cogerla, como bañarla, que hacer para calmarla si lloraba y que hacer conmigo misma si no era capaz de cuidar de mi hija. Las primeras clases me resultaron algo cansinas. El pecho, el pecho, el pecho....Entonces yo hablaba con mi marido y le decía, "hay que ver tanto pecho, pero si luego todos crecen igual". Pero fueron pasando los días y las palabras de la matrona iban acompañadas de hechos, de razones, de experiencias vividas a lo largo de su carrera, pero sobre todo iban cargadas de amor. Y todo ese amor se lo podría yo dar a mi hija a través de su comida. Y es que dar el pecho no es sólo dar de comer, es una entrega de tu propio cuerpo, es cogerla en brazos, es sentir su respiración en el seno, es ser su primer juguete porque es nuestro pecho lo que primero cogen y sueltan, es dar amor piel con piel, es protegerla, es dedicar tiempo exclusivo a ella y como dice mi matrona es vacunarla cada día un poquito. Dar el pecho es un regalo para toda la vida que nos hacemos mutuamente, es decir, yo a mi hija y mi hija a mi por llenarme de un amor tan grande, único y especial. Mi hija mayor tiene 29 meses y sigue mamando una o dos veces al día y mi hija pequeña tiene 6 meses y está con lactancia materna exclusiva. Muchos me recomendaron que quitase el pecho a mi hija mayor, pero aunque al principio la costó un poquito entender que la hermanita lo necesitaba más que ella, ahora es ella quien me dice cuando tiene que comer su hermanita. Hoy por hoy me río de mi misma cuando pienso en los miedos que tenía cuando fui a las clases de preparación al parto. Toda madre es capaz de cuidar de su bebe, porque toda madre tiene pecho, amor, paciencia y muchos otros recursos que nos ofrecen las farmacias. Nada es fácil, pero tenemos que luchar por lo que creemos y sentimos. Mi matrona también nos decía que cada madre que no da el pecho es como si cada una de ellas tirase una farmacia a la basura y eso me llegó al alma. Yo sé que hay madres que por mil circunstancias no pueden dar pecho y se sienten fatal sólo de pensar que no pueden alimentar a sus hijos. Pero existe otra forma de verlo, le doy de comer con los recursos que me ofrecen pero puedo poner a mi hijo en mi pecho para que me sienta y para yo sentirle, puedo poner a mi hijo al pecho para que se tranquilice y yo estar más tranquila. El pecho es algo más... Para terminar quiero dar las gracias públicamente a mi matrona Mª Angeles del centro de salud de Camarena, por su profesionalidad, por su entrega, por su personalidad arrolladora, por su preocupación por los bebes y sobre todo por el estado emocional de las mamas. Es una suerte haberla conocido. También quiero dar las gracias a mi marido que en todo momento me ha ayudado y a confiado en mi, incluso en los momentos en los que ni yo misma lo hacía. Y a los dos soles que me iluminan cada día por mucho que llueva, Cayetana y Jimena.

domingo, 6 de mayo de 2012

43º Relato: A pesar de la Hipotonía

El comienzo de la lactancia de Jaime no fue fácil. Aunque fue un parto natural y maravilloso en casa y estuvo sobre mí desde el comienzo no tenía mucho interés ni fuerza suficiente. Al nacer supimos que tenía síndrome de Down. Tuvimos la enorme suerte de que María, una de las matronas que atendió el parto, tenía un hijo con la misma condición ya mayorcito y que ella había colaborado en los hospitales para el primer contacto de padres en esta circunstancia. Así que nos dijo que iba a tener más interés en dormir que en comer, que tendríamos que achucharle mucho para que comiera y además su falta de tono muscular congénita le haría más difícil la succión, pero que insistiéramos que era posible. Tras dos días de su nacimiento, fuimos al hospital Puerta de Hierro para que le hicieran la tanda de pruebas de rigor para estos casos. No fue sorpresa cuando además nos dijeron que estaba deshidratado porque por mucho que le achuchábamos para comer, él no tenía gran interés. De hecho ese mismo día en un ataque de desesperación, habíamos comprado un bote de leche artificial para alérgicos… no llegamos a abrirlo y lo devolvimos. Esa primera noche que él pasó en el hospital lejos de mí, me subió la leche así que de camino a casa compramos un sacaleches. La semana siguiente la pasó en el hospital, con la suerte de que pudimos permanecer con él todo el tiempo. Como es un hospital IHAN, yo me sacaba la leche en cada toma y las enfermeras de neonatos nos enseñaron a dar de comer al pequeño Jaime con una jeringa y un dedito imitando el pezón para que pudiéramos disfrutar de lactancia materna. Y así le alimentaban ellas por la noche. Igualmente le ponía en mi pecho e íbamos viendo cómo iba, pero lo cierto es que al comienzo, ni siquiera tenía interés en comer lo mínimo para su peso. Al final de la semana, había ganado peso y fuerza y probamos con una pezonera, lo que le facilitaba el trabajo a su boquita y así salimos del hospital dando teta!! No me importaba mucho que fuera con ayuda, pensaba que en algún momento podríamos quitarla. Y así fue, al cabo de un mes fui a pasar el día con mis padres y ¡olvidé la pezonera en casa! Compramos otra pero no se adaptaba bien al pezón y Jaime me demostró que ya era un tío fuerte y se enganchó él solito. Y menos mal porque con el tiempo y debido a la hipersensibilidad de su boca, no tolera en la boca nada de plástico, y aunque alguna vez le di bibe con mi leche, rápidamente empezó a rechazarlo. Recuerdo que durante los primeros meses tuve un par de episodios de “alarma” pensado que se me estaba retirando la leche… recuerdo estar a las 12 de la noche en el ordenador consultando porqué se me retiraba la leche, cómo evitarlo… Ahora me hace gracia pero entonces la idea de dejar de disfrutar de esos momentos, que por la hipotonía, en ocasiones eran tomas maratonianas, me daba una enorme tristeza. Ahora mi hijo tiene 18 meses, estamos esperando a su hermanita y hace un par de meses más o menos me quedé sin leche (esta vez sí). No sé si fue el stress, si ha sido el embarazo pero la verdad es que echo mucho de menos ese contacto con mi pequeño. Recuerdo de una manera especial cuando alguna vez nos hemos bañado juntos y al salir del baño los dos desnudo,s sin darme cuenta atrapaba mi pezón. Y esos sonidos de satisfacción del comienzo cuando era todo su alimento… es lo más bonito que he hecho en mi vida, lo tengo claro. Por suerte lo podré repetir en unos meses!!

jueves, 3 de mayo de 2012

42º Relato: Lactancia Deseada

Desde que me quedé embarazada, tuve claro que iba a dar el pecho. Soy enfermera, he trabajado toda mi vida en UCI neonatos y sé lo que significa la lactancia materna. Mi embarazo no fue cómo me imaginaba ya que tuve una Diabetes Gestacional tratada con insulina, pero el parto fue sensacional. Yo sí me puse la epidural pero en todo momento pude sentir las contracciones, mover las piernas y participar en mi parto. Tuve suerte ya que la anestesista me puso la dosis correcta para no tener dolor pero sí sentir...... Soy madre primeriza, mi parto duró poco y en 4 empujones, Yago estaba junto a mí. No se separó en ningún momento y pude enganchármelo al pecho nada más nacer. Quisieron llevárselo durante las primeras 24 h para controlarle el azúcar pero les ofrecí el que lo hiciesen en la habitación y evitar así que nos separasen. Las primeras noches fueron duras, se enganchaba cada hora y comencé a notar los efectos de ello (pezones irritados, ingurgitación,....). Aún así, nunca desistí y conseguí evitar una posible mastitis masajeándome el pecho y con agua caliente y fría. Posteriormente me di cuenta que parte del dolor de pecho era debido a que no se enganchaba bien. Mi gran error fue el usar de vez en cuando una pezonera ya que se acostumbró a ello y, claro, la estimulación ni el contacto es el mismo. Pero la pezonera hacía su función ya que me salía tal cantidad de leche que Yago se atragantaba y era incapaz de tragar tanta. Me costó deshacerme de la pezonera pero lo conseguí. Mi hijo tiene actualmente 6 meses y medio y continúo disfrutando dándole el pecho. Actualmente estoy trabajando y voy con el sacaleches y el termo todos los días al trabajo. Así, si necesitan darle algún biberón en la guardería, será de mi leche. He tenido la suerte de encontrar una guardería donde conocen los métodos de conservación y administración de leche materna. De momento, pretendo continuar así aunque también reconozco que es duro y que tengo la suerte de poder extraerme la leche en mi trabajo de forma tranquila, pero sé que no es fácil. Mucha gente te mira como un bicho raro por dar el pecho cuando el niño ya inicia la alimentación complementaria, cuando tienes algún problema de inicio con el pecho te suelen animar para que le des un biberón, si no coge peso suficiente, te aconsejan que hagas una lactancia mixta.....El dar el pecho a Yago ha sido un camino que he recorrido prácticamente sola, con poco apoyo, exceptuando a mi marido y mi gran amiga Paloma a quien se lo agradeceré infinitamente. Cuando voy a recogerle a la guardería y llegamos a casa, lo primero que hace es intentar levantarme la camisa para darle el pecho. Ese gesto es lo que me hace feliz todos los días, que busque la teta de su mamá, que me mire y me sonría mientras mama. Así seguiremos Yago y yo, hasta que dure.......................................................esperemos que por mucho tiempo