viernes, 31 de agosto de 2012

56º Relato: La teta y Martina

Martina cumplirá 9 meses la semana que viene, hace 3 meses de mi reincorporación al trabajo y QUIERO DAR LAS GRACIAS a todos esos angelitos de la guarda que nos han estado asesorando y apoyando a lo largo de este camino. Martina, Juan Carlos, Silvana, Rocío, Alba, Carmen Gloria, Silvia y Mónica, Paloma, Vanesa, Virginia, Juan Miguel y todo su equipo. Cuando hablo de lactancia siempre digo que hemos tenido mucha suerte porque hemos tenido acceso a información y apoyo desde el principio, creo que esas son las claves del éxito. Resulta muy triste ver a mujeres abandonar la lactancia por falta de información, mujeres que te cuentan que no han podido porque "no tenían leche" o "su leche no alimentaba" o "tenía que reincorporarme al trabajo". Mujeres que simplemente no lo intentan porque imaginan que es una experiencia dura y no van a ser capaces. Lo veo día tras día en mujeres que quieren pero creen que no pueden. Tuve un parto difícil que acabó en cesárea, tardé más de 6 horas en conocer a mi bebé, 6 horas de susto y miedo en las que no paré de llorar. Cuando me la dieron ya había tomado biberones, le costaba engancharse y succionar, además yo estaba recién operada y no me podía mover para facilitar las cosas. Entonces cerré los ojos y recordé a Silvia, la profesora de lactancia que tuvimos en Más Natural "no os preocupéis, TODAS podéis" "tanto vosotras como los bebés estáis aprendiendo, tened paciencia". Martina se desesperaba mucho y lloraba, yo me ponía nerviosa, pero siempre le repetía lo mismo, mi niña, estamos aprendiendo, tú chupa que yo te prometo que de ahí va a salir leche. Estas palabras nos tranquilizaban, y no sólo eso sino que resultaron ser totalmente ciertas. Superado el primer miedo: a no "tener leche" y a "no poder hacerlo" aparecieron las temidas grietas en los pezones al segundo día de dar a luz, entonces nuestro segundo ángel de la guarda se reencarnó en Silvana, amiga de la infancia y madre de tres hijos. Ella no pudo dar el pecho a su primer hijo por culpa de las grietas, pero de esa mala experiencia aprendió para los siguientes hijos y de paso para ayudarme a mí. Apareció en la habitación del hospital, muy preocupada con un bote de Purelan en la mano. Me ayudó a encontrar la postura adecuada, me enseñó a estimular a Martina cuando no era capaz de engancharse dos minutos sin quedarse dormida, con mucho amor y mucho cariño nos dio las claves para comenzar con buen pie la que iba a ser una historia maravillosa de lactancia. Así fuimos creciendo juntos como familia los tres, Martina, Juan Carlos y yo. Dormíamos muy poco, se me juntaba una toma con otra, Juan Carlos se hizo experto en sacarle los gases después de las tomas y prepararme la comida para poder recuperar fuerzas, las hormonas hicieron su papel manteniéndome despierta cuando físicamente parecía que no podía más. Buscamos ayuda, fuimos a un curso de posparto en Más Natural y aprendimos y disfrutamos de cada segundo. En las clases de pos-parto tuvimos otro ángel de profesora, Carmen Gloria, fue (y es) maestra, matrona y amiga. Convirtió las clases en una reunión de amigas, quedábamos a comer todos los jueves compartiendo experiencias y acompañándonos, criando a nuestros bebés en compañía, en comunidad. Eran tardes mágicas, una increíble forma de disfrutar de la baja por maternidad. Y llegaron los cólicos y las noches sin dormir, y descubrimos el poder de la homeopatía, la magia de la teta, del piel con piel y la marsupi de Alba. Siguiendo las recomendaciones del hospital y de nuestra pediatra manteníamos una alimentación con horarios, cada tres horas, nos metieron miedo en el cuerpo hablándonos de hipoglucemias ... hasta que apareció de nuevo un ángel de la guarda llamado Rocío, otra amiga de la infancia, madre de dos niñas y enfermera de neonatos en Italia. Ella fue quien me convenció definitivamente de la teta a demanda y fue una verdadera liberación tanto para Martina como para mí. A los cuatro meses la pediatra de la seguridad social nos recomendó la introducción de los cereales, y a las dos semanas la introducción del gluten!!! Aquí fue fundamental la aparición de un nuevo ángel de la guarda, Paloma Montón, de la Cocinita de Chamberí. Ella nos tranquilizó, nos animó a esperar para introducir alimentos y nos proporcionó información sobre este tema. Y llegó el momento de mi reincorporación al trabajo, intentando que esto no afectara mucho a nuestra lactancia asistí a una reunión de multilacta con Vanesa Ibarrola, de nuevo un ángel de la guarda que nos ha venido acompañando estos meses. Vanesa nos habló del colecho, de la extracción de leche en la oficina y nos dejó su contacto para cualquier duda. Lo mejor de esta etapa fue el colecho y la lactancia, al llegar a casa, después de 8 horas fuera lo primero que hacía era ponerme a Martina al pecho y sentía que recuperaba, en pocos minutos todo el tiempo que pasaba fuera. El colecho también ayudó mucho en este sentido. Parece raro pero a los 7 meses apareció una mastitis, por lo visto pudo ser por las bacterias que tenía Martina en la boca a causa de la aparición de los primeros dientes. Fue entonces cuando otro ángel de la guarda hizo de las suyas, Juan Miguel Rodríguez y sus maravillosos probióticos. Pero llegó un punto donde realmente vi peligrar de verdad la lactancia, los MORDISCOS. De nuevo gracias a los consejos de todas las madres (Rocío, Mar, Vanesa Ibarrola, Paloma Montón, Flora la mamá del parque, las mamás de la piscina...) por contarme vuestras experiencias y darme paciencia y confianza para explicarle a Martina que eso NO se hace, creo que fue un poco más persistente que todos vuestros hijos juntos, pero al final lo conseguimos. La semana pasada, con 8 meses empezamos la guardería y no ha tardado mucho en coger un virus, ha estado unos días con gastroenteritis, vomitando y con diarrea sin querer comer NADA ni beber suero ni nada. Bendita teta que sí quería, lo tranquila que puede estar cualquier madre así sabiendo que todas las necesidades de hidratación y nutricionales están cubiertas, Gracias Virginia Ruiperez por todo lo que nos has enseñado, de nuevo la información ha sido fuente de tranquilidad. Dar el pecho es una decisión muy personal, si escogéis este camino os animo a buscar y encontrar a vuestros ángeles de la guarda, no tenéis más que pedir ayuda y mirar a vuestro alrededor. ¡¡¡Feliz lactancia a todas las familias!!! ... unos meses después, Martina ha cumplido un año y mantenemos la lactancia. Ahora todo es muchísimo más fácil: mi cuerpo está adaptado y Martina come de todo y le basta con tenerme cerca para tener sus necesidades cubiertas en todo momento. Que se nos echa encima la hora de comer y nos pilla en la calle, pues una galleta y un poco de teta y ya no tenemos prisa por prepararle la comida. Que estamos en el parque y se da un buen golpe, pues un poco de teta y nos olvidamos del disgusto en el momento. Que le molesta la boca porque le están saliendo los dientes, pues teta teta y más teta que le cura todos los dolores y nos podemos olvidar del famoso apiretal. Parece mentira que cuanto más fácil y más bonita se va haciendo la lactancia nos topamos con bastante incomprensión social y opiniones indiscretas. Parece que a la gente le afecta en algo que mi hija y yo nos sintamos felices con esta situación y deseemos alargar la lactancia lo que se nos antoje. Ante la pregunta ¿hasta cuánto piensas seguir con la lactancia? siempre sonrío y contesto que no sé, ya iremos viendo... aunque en algunas ocasiones me encantaría contestar un ¡y a ti que te importa!