jueves, 22 de noviembre de 2012

59º Relato: Martín, mi campeón!

Hola mi nombre es Judit y soy mamá de dos hijos: David de 4 años y Martín de 8 meses y os voy a contar nuestra historia. David, es hijo biológico y lo amamanté durante 9 meses. Martín, es adoptado, y llegó a nuestras vidas cuando apenas tenía dos meses. Nunca me planteé darle de mamar, aunque sí que había oído en alguna ocasión que otras mujeres que no habían gestado a sus hijos lo habían conseguido. Todo empezó un lunes de marzo en una sesión de la escuela de padres a la que asistía junto a mi bebé. Ese día presenté a todo el grupo a mi peque, que acababa de llegar a la familia hacía tan solo 4 días. La psicóloga que llevaba los grupos de padres, Yolanda González, me preguntó si había pensado en darle de mamar e inducir la lactancia. Yo no me había informado sobre esta posibilidad ya que la noticia de la asignación y el encuentro fue de un día para otro. Y pensé que no era viable. Yolanda, en cambio me habló de otras mujeres con bebés adoptados que lo habían conseguido y sembró en mí la semilla la posibilidad y me dio la motivación para hacerlo. Lo más importante es que Martín no hubiera perdido el instinto de succión ya que había estado alimentándose con biberón desde que nació, y en ese momento tenia dos meses y una semana. Preguntó en el grupo quién se ofrecía para ponérselo al pecho y comprobarlo y antes de que hubiera terminado de decirlo, varias mamás levantaron su mano dispuestas a hacerlo. Cristina, amiga y compañera del grupo, se lo puso y Martín se agarro a su pecho y se puso a mamar como si lo hubiera hecho toda su vida. Fue un momento mágico. No me lo podía creer. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y a la vez comencé a sudar. A varias de las personas que presenciamos ese momento se nos saltaron las lágrimas. Y yo al ver que era posible amamantar a mi bebé, ya me lo imagine en mi pecho y me invadió la emoción. Ese día comenzó nuestra aventura pero ahí no terminó la cosa pues alrededor de mi todo eran señales para que consiguiera mi objetivo. Al día siguiente, en la clase de yoga a la que asisto con otras mamás y sus bebés, acudió por primera vez una chica llamada Teresa a hacer una clase de prueba. Ella era IBCL (Consultora acreditada en lactancia materna) y al escuchar mi caso se ofreció a ayudarme. Todo me decía que tenía que intentarlo. Ya tenía a la persona de apoyo profesional y todo un grupo de amigas y madres para lo que hiciera falta. A la misma vez me llegaba el apoyo por diferentes vías todo nuestro alrededor se volcó en nosotros. Carmen Maria matrona de Benimament le dijo a Cristina mi amiga que fuera al taller de Betera ya que su matrona Lola tenía experiencia en relacctaciones y que me guiaría encantada en todo el proceso. Y a si fue, asistí junto a mis amigas, Conxin y Eva, al taller de lactancia de Bétera y allí, Lola su matrona, me dio todo el apoyo moral, profesional y todo lo que como persona me podía ofrecer. Me puse manos a la obra y seguí las indicaciones al pie de la letra. Me compre un relactador y empecé a darle los bibes a través de el y a estimularme con un sacaleches eléctrico doble cada 2-3 horas. También comencé con el tratamiento con galactogogos para estimular la subida de la leche. A los días aparecieron las primeras gotas de leche que fueron acompañadas de lágrimas de felicidad. Esa misma tarde pude compartir mi alegría con mis amigas Inma, Eva y Carolina que me estaban ofreciendo apoyo moral y compañía. Eso me dio mucha energía para poder seguir, ya que no estaba siendo fácil. Martín rechazaba el relactador y lloraba mucho durante las tomas. Yo tenía momentos de bajón en los que me planteaba si valía la pena lo que estaba haciendo pero con cada mensaje de apoyo y visitas que recibía de todas mis amigas, unido al apoyo profesional que estaba recibiendo, conseguían que me animara y no lo dejara. Yo estaba fuerte pero las necesitaba. Recibí el calor de una muy buena amiga y profesional, Eva, que con su técnica de sanación y equilibrio energético Sat Nam Rasayan, me aclaró que camino debía seguir. Todo fue mágico. Ese mismo día Martín se engancho al pecho de una manera plácida y tranquila y comenzó a mamar. ¡Qué emoción y felicidad! Nosotros seguíamos asistiendo a los talleres de Bétera junto con Carolina y Vega para coger energía de esa manada de madres empoderadas y que te nutren con toda su sabiduría. Me ayudo mucho el relajarme y estar con mi peque piel con piel y día a día, cada paso era un logro y una motivación para continuar. Hay algo que también guardo en mi corazón de una manera especial de ese tiempo. Durante cuatro meses, Empar, una mama de Volem Creixer, fue madre de leche de mi hijo. Ella acababa de dar a luz a Marcel y me ofreció poder compartir su lactancia con mi peque. Eso es un regalo que se lo agradeceré toda mi vida. Dar de mamar es el mejor regalo que mi bebe y yo nos hemos podido hacer para que se pudiera crear el vinculo entre él y yo. Esa unión entre una madre y un hijo que solo nosotras sabemos cuando existe a través de sus miradas y sus caricias. Hoy en día estamos con lactancia mixta y Martín mama en cada toma y cuando le apetece pide el pecho para dormirse y calmarse. Verdaderamente es lo más precioso que nos ha podido pasar. Agradezco todos los días la felicidad recibida. Gracias de corazón A mi campeón, mi hijo, mi guía, mi maestro. A ti Martín. A mi marido Oscar y mi hijo David A Yolanda, Teresa, Lola y a las mamas del taller de lactancia Les Alfabegues. Y muy especialmente a mis chicas de Volem Creixer y a Conxin. Sin todos vosotros no lo habríamos conseguido. Martín y Judit