viernes, 11 de octubre de 2013

64º Relato: Sííííííí!!!

¡SÍ!

Como no podía ser de otra manera, John Lennon y Yoko Ono no se conocieron de un modo, digamos, convencional. La artista japonesa organizaba una exposición en Londres en el medio de la cual había una escalera que llegaba hasta una lupa colgada del techo y, en letras muy pequeñas, estaba escrita la palabra "yes". Lennon dijo que si la palabra hubiese sido "no" él se hubiera marchado de inmediato. Para quienes amamos la música sabemos que conocer a aquella mujer fue un punto de inflexión en la vida del británico que acabó teniendo consecuencias para la música; la suya y la de toda la que habría de venir después.

Y es que basta un NO, para acabar con una ilusión.

Probablemente hablar de músicos melenudos no es la manera más ortodoxa de comenzar a contar una historia de lactancia, de maternidad, de crianza, de aprendizaje... O quizá es tan válida como otro cualquiera simplemente porque a mi manera de pensar y expresar mi historia yo le digo ¡SÍ!

Hoy, jueves 19 de septiembre de 2013, se cumplen veinte meses de la llegada al mundo de mi hijo; de mi nacimiento como madre. Veinte meses de romper mitos y cambiar ´noes¨ por un solo ¡SÍ!, sonoro y rotundo.

Veinte meses desde aquel día, jueves también como hoy, en los que te llevo prendido a mi pecho, regalándonos tantas y tantas miradas azules cargadas de leche.

De haber existido una lista de “cosas que pueden suponer un impedimento para establecer la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento”, probablemente hubiésemos tenido un pleno. O casi.

Es por ello que hoy, veinte meses con todos sus jueves después, me he decidido a contar lo que pudo no haber sido pero…. ¡SÍ!

Imaginad a una mujer con una reducción mamaria bilateral. Imaginad ahora que os dicen también que el hijo de esa mujer no nació en un parto fisiológico sino que lo hizo por cesárea. Añadid a este dato que la cesárea fue programada y que el cuerpo de la madre aún no estaba preparado. Agregad a toda esta información que, por cosas de gustos o vaya usted a saber, la lactancia hubo de establecerse a un solo pecho. Finalizad el cóctel con una enfermedad muscular (bastante bien llevada, pero enfermedad al fin y al cabo).

La mayoría de las personas os dirán que esta mujer imaginaria no podrá amamantar a su bebé, y mucho menos hacerlo en exclusiva durante los 6 primeros meses en los que está indicada la LME. Pues muchas son las veces en que nos topamos con un ¡NO! desalentador, descorazonador… Con apoyos que se desvanecen -¿acaso estuvieron alguna vez?- y nos encontramos solos, teniendo que recomponernos pedazo a pedazo…

Hasta que llega el día en el que una fuerza dentro de ti es más grande que tú misma y que todos esos noes y las bocas que los desparraman. Y te prometes que esta vez vas a sentar precedente. Y vas a hacer que esa mujer imaginaria, que vale de excusa para quienes niegan tu fuerza, sea real.

Y te encuentras siendo esa mujer, veinte hermosos meses después. Y sientes que necesitas compartirlo por si hay más mujeres imaginarias con sus noes que quieren ser reales, como tú. Como yo. Porque, como dicen que dijo John Lennon “Un sueño que sueñas solo es solamente un sueño. Un sueño que sueñas junto a alguien es una realidad”

La forma en la que conseguí establecer esta maravillosa lactancia fue bastante sencilla aunque, a la vez, más difícil de conseguir de lo que parece. Plena confianza en mi capacidad de amamantar no sólo por mi parte sino por la de mi pareja y un poco de estimulación fueron la receta perfecta. Sentir ese ¡SÍ!, imaginarme la sensación de mi hijo sobre mi piel, saber que aunque el parto no pudiera ser mío tal vez podría serlo todo lo demás…

Gracias, hijo, por cada día. Gracias por cada jueves. Gracias por cada ¡SÍ!

1 comentario:

  1. Me ha encantado descubrir tu blog y también la historia que cuentas!!! pasaré por acá las veces que pueda, por cierto, felicidades por esos exitosos 20 meses de lactancia... nosotros ya vamos a cumplir 17 meses, así que vamos cerquita. Saludos

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