lunes, 7 de mayo de 2012

44º Relato: Por que dar el pecho es algo más…

Cuando estaba embarazada de unos 5 o 6 meses, fui por primera vez a la preparación al parto. Entonces conocí a la persona que me enseñó, me educó, me aconsejó, me animó e incluso puedo decir que me convenció para dar el pecho. Yo no llevaba nada pensado, ni me había planteado dar o no el pecho porque yo fui a las clases para que me enseñaran a cuidar de mi hija. Llevaba preguntas sobre como cogerla, como bañarla, que hacer para calmarla si lloraba y que hacer conmigo misma si no era capaz de cuidar de mi hija. Las primeras clases me resultaron algo cansinas. El pecho, el pecho, el pecho....Entonces yo hablaba con mi marido y le decía, "hay que ver tanto pecho, pero si luego todos crecen igual". Pero fueron pasando los días y las palabras de la matrona iban acompañadas de hechos, de razones, de experiencias vividas a lo largo de su carrera, pero sobre todo iban cargadas de amor. Y todo ese amor se lo podría yo dar a mi hija a través de su comida. Y es que dar el pecho no es sólo dar de comer, es una entrega de tu propio cuerpo, es cogerla en brazos, es sentir su respiración en el seno, es ser su primer juguete porque es nuestro pecho lo que primero cogen y sueltan, es dar amor piel con piel, es protegerla, es dedicar tiempo exclusivo a ella y como dice mi matrona es vacunarla cada día un poquito. Dar el pecho es un regalo para toda la vida que nos hacemos mutuamente, es decir, yo a mi hija y mi hija a mi por llenarme de un amor tan grande, único y especial. Mi hija mayor tiene 29 meses y sigue mamando una o dos veces al día y mi hija pequeña tiene 6 meses y está con lactancia materna exclusiva. Muchos me recomendaron que quitase el pecho a mi hija mayor, pero aunque al principio la costó un poquito entender que la hermanita lo necesitaba más que ella, ahora es ella quien me dice cuando tiene que comer su hermanita. Hoy por hoy me río de mi misma cuando pienso en los miedos que tenía cuando fui a las clases de preparación al parto. Toda madre es capaz de cuidar de su bebe, porque toda madre tiene pecho, amor, paciencia y muchos otros recursos que nos ofrecen las farmacias. Nada es fácil, pero tenemos que luchar por lo que creemos y sentimos. Mi matrona también nos decía que cada madre que no da el pecho es como si cada una de ellas tirase una farmacia a la basura y eso me llegó al alma. Yo sé que hay madres que por mil circunstancias no pueden dar pecho y se sienten fatal sólo de pensar que no pueden alimentar a sus hijos. Pero existe otra forma de verlo, le doy de comer con los recursos que me ofrecen pero puedo poner a mi hijo en mi pecho para que me sienta y para yo sentirle, puedo poner a mi hijo al pecho para que se tranquilice y yo estar más tranquila. El pecho es algo más... Para terminar quiero dar las gracias públicamente a mi matrona Mª Angeles del centro de salud de Camarena, por su profesionalidad, por su entrega, por su personalidad arrolladora, por su preocupación por los bebes y sobre todo por el estado emocional de las mamas. Es una suerte haberla conocido. También quiero dar las gracias a mi marido que en todo momento me ha ayudado y a confiado en mi, incluso en los momentos en los que ni yo misma lo hacía. Y a los dos soles que me iluminan cada día por mucho que llueva, Cayetana y Jimena.

3 comentarios:

  1. Que bonito relato, yo he sentido todo eso también.

    Se me saltan las lágrimas.

    Un abrazo.

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  2. Si, yo también tengo las lagrimas saltadas. Estoy de acuerdo contigo, lo que tenemos es un regalo y doy gracias de poder vivirlo día a día

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  3. Yo no soy madre,pero si algún día lo soy me acordaré de estas palabras tan bonitas.
    Me replantearé mi opinión sobre dar el pecho..me has convecido!!
    Un beso para todas las mamás!!
    Me ha encantado.

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