martes, 18 de octubre de 2011

16º Relato: 15 meses lactando

Yo de siempre he tenido muy claro que quería dar pecho a mi hijo. Quizá porque mi madre siempre me dijo que para ella fue muy gratificante. O quizá porque ella tuvo un cáncer de mama... y todos sabemos los beneficios de la lactancia materna, tanto para el niño, como para la madre.

El caso es que mi niño nació tras un parto nada respetado y una cesárea. Pero bueno, aun así, mi chiquitín se enganchó desde el principio sin muchos problemas, mi sensación al tener a mi hijo entre mis brazos enganchado al pecho fue increíble y mucho mejor cuando dos días después me subió la leche y mi niño no quería despegarse de mí, ¿qué salía de mi pecho?, ¡que sensación!

En fin, todo iba bien hasta que en el hospital una enfermera me aconsejó ponerme pezonera en el lado derecho, ya que tenía dificultades para que se enganchara de ese lado. El caso, es que pasados los días y ya en casa, la pezonera me hizo una grieta que conseguí curar tras dejar de usar las pezoneras. Pero aun así, yo veía las estrellas cada vez que le daba el pecho de ese lado. Mi convencimiento a cerca de la lactancia hizo que no desistiera. Fue a mi "ginesauro" y le conté lo que me ocurría y que veía una pompita blanca en el pezón después de darle de mamar, no me hizo ni caso, me dijo que me dolía porque era así, me tenía que doler!!!

Menos mal que del lado izquierdo no tenía ningún dolor y esto me hacía pensar que lo que decía mi ginecólogo no tenía ningún sentido. Finalmente llame a la Liga de la Leche y me dijeron que podía ser una perla de leche, que la solución en pincharla con un alfiler previamente desinfectado.... ¡horror!. En fin, en mi desesperación lo hice, no fue nada doloroso y el caso es que en unos días el pezón me dejo de doler y nunca más volví a tener dolor.

El resto fue todo sobre ruedas, incluso cuando comencé a trabajar, me las ingenie para poder sacarme leche por las mañanas y que en mi ausencia tomara mi leche. Por las mañanas en el trabajo en la hora del desayuno me sacaba la leche y al día siguiente llevaba esa leche a la guardería. A la hora de la comida le daban un puré, y después por las tardes, noche y antes de irme a trabajar ya tenía a su mami a demanda...

La pena es que mi enano decidió destetarse él solito a los 15 meses, yo al principio insistía, pero al final pensé que si él lo quería así era mejor respetarlo y encontrar otros momentos de complicidad. Ahora todas las tardes jugamos en el suelo y nos subimos uno encima del otro entre mil risas, no es lo mismo pero los dos lo disfrutamos mucho.

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