jueves, 20 de octubre de 2011

18º Relato: Simplemente Alimentando

Nunca dudé de que quería dar el pecho… no entraba en mi cabeza otra posibilidad… cuando estaba embarazada de mi primera hija, la gente, la matrona, etc, me preguntaban si tenía intención de dar el pecho… ¿es que hay otra posibilidad? Sí, el biberón, claro, pero pensaba que la gente daba el biberón cuando no podía dar el pecho, no que hubiera quien lo eligiera desde el principio… yo desde luego quería intentarlo.
Además, mi madre me había transmitido su enorme pena por no haberme podido dar el pecho a mí, mientras que a mis 5 hermanos sí que había podido hacerlo… así que yo lo tenía clarísimo. Fui a una reunión de la Liga de la Leche durante el embarazo, y aunque no me enseñaron gran cosa (pensé que iba a recibir una clase magistral de posturas o algo así) de ahí saqué la conclusión de que convenía estar muy bien informada de cara al parto y a los primeros días, para que no hubiera interferencias debidas a profesionales mal formados. También en esa reunión oí hablar de un tal Carlos González y de su libro, el cual compré a los pocos días y del que leí bastante antes del parto.
Tras un parto bastante bueno (también por la información que tenía, y que es poder) la lactancia también se estableció bien. Emma se agarró sin problemas y aunque no chupaba muy activamente –se quedaba dormida- iba bien de peso y nos fuimos para casa. Cuando subió la leche, a los 3 días o así, fue una sensación terrible… la niña no mamaba –ni mucho menos- toda la leche que había ahí dentro, y yo pensaba que aquello se iba a quedar de por vida a esos niveles de cantidad de leche (incluidos los dolores de pecho, los calores, etc), y compré el sacaleches corriendo porque… ¡aquello había que vaciarlo! Menos mal que esa sensación duró poco y en seguida la cosa se normalizó, la niña mamaba lo que necesitaba, a cualquier hora y los pechos bajaron de nivel…
Respecto al pediatra, considero que tuve mucha suerte. Según entramos por la puerta en la primera consulta pediátrica de mi vida, dijo: “a ver esta niña… vamos a darle el pecho hasta los 2 años!!” …esa frase, que estoy segura de que a otras madres les habrá hecho temblar y llamar de todo al pobre pediatra, a mí me sonó a campanillas celestiales y se me quedó grabada a fuego… le tenía de mi lado, no iba a tener que luchar… así que cuando alguna vez alguien me ha dicho algo de si la niña ya estaba muy mayor para seguir tomando teta, le decía… ¡me lo ha dicho mi pediatra! ¡y era cierto!
No tuve mayor problema en los 19 meses en los que dí el pecho a Emma. Solamente una ampolla blanca de leche (es como una ampollita blanca en el pezón, como si se quedara obstruida, duele a rabiar) que yo misma me exploté con una aguja esterilizada y no volvió a salir. La nena se destetó ella solita una noche que en vez de señalar su sofá de tomar la teta (donde se dormía y yo luego le pasaba a la cuna), señaló la cuna, la metimos y se durmió, y así el resto de noches. Puede que influyera el que yo ya estaba embarazada de 4-5 meses de su hermana… dicen que cambia el sabor de la leche… no sé.
Con la segunda, Celia, todo ha ido también muy bien: lactancia a demanda, incorporación de los alimentos a partir de los 6 meses (hay que decir que las dos comen fenomenal, ellas solas y a trozos desde bien prontito) y poco más… hasta que cumplió los 2 años se dormía con la teta en su sofá. Cuando la pasamos a su camita “de mayores” y desapareció el sofá de la teta de la habitación se quedó un poco decepcionada… pero ahora toma un poquito antes de dormirse, desde la cama (en una postura un tanto incómoda para ambas, lo reconozco) y después la suelta sola y se duerme ya sin teta.
Mis razones para dar el pecho a demanda y durante largo tiempo son que me parece comodísimo por el hecho de poder dar en cualquier parte cuando la niña tiene hambre, sin necesitar mucho más que una silla y a veces ni eso. Por no levantarme por las noches. Por haberme ahorrado un dineral en leches de fórmula y biberones, esterilizadores, etc. No me convence demasiado el argumento de que tienen mayor inmunidad ante enfermedades aunque me creo que sea así porque hay estudios que lo certifican, pero vaya, que en la práctica se cogen sus constipados, bronquilitis y sus pequeñas enfermedades. Nunca sabré cómo hubiera sido de no haberles dado el pecho… la pequeña se constipaba más a menudo porque la mayor traía los virusitos de la guardería, pero eso sí, cuando han sido un poco mayores la teta era el mayor consuelo ante caídas, golpes, heridas… y también ha sido su único alimento cuando han estado malitas y no querían comer otras cosas (y los niños que no toman el pecho, en esas situaciones, se tiran a lo mejor 3 días sin probar bocado o comen apenas un yogur).
Con ambas he practicado un semicolecho hasta que pasaron a su habitación a los 8-9 meses (cuando ya no cabían en el moisés)… dormían en nuestra habitación, en su moisés, pero cuando pedían teta pasaban a la cama, les daba tumbada y muchas veces nos dormíamos las dos y en la cama se quedaban. Si me despertaba y me veía con ganas, las pasaba al moisés, o bien las dejaba ahí toda la noche. Había noches que los pasaban enteras en la cama y noches que apenas se despertaban y estaban en su cunita. Con las dos se ha dado más o menos igual. Y con las dos he disfrutado de darles el pecho en cualquier parte… no me gusta enseñar las tetas pero se puede dar el pecho sin enseñar apenas… mi truco era llevar una camiseta interior de tirantes elásticos -en Zara suele haberlas- y encima lo que fuera, camiseta o camisa, algo ancho, de forma que levantaba por abajo la camiseta de fuera, y sacaba el pecho bajándo la camiseta interior. El bebé mama por abajo y queda tapado el pecho con la camisa de fuera. Eso sí, imposible llevar vestidos.
En resumen… me parece fundamental llegar informada al parto, por todo lo que puede conllevar en cuanto a prácticas desaconsejadas, etc (para el parto… más info en www.elpartoesnuestro.es por ejemplo) como a los primeros días de lactancia por lo que he dicho más arriba de que no te “timen” abusando de la ignorancia de la madre y del no reciclaje formativo de las que nos atienden. Yo no he tenido ni una grieta, y apenas ningún problema con el pecho… pienso que tengo suerte pero a veces pienso que lo que he tenido es INFORMACIÓN y que tal vez por haber hecho las cosas bien he tenido menos papeletas para tener problemas (ojo que hay quien también hace todo bien pero le salen grietas por un frenillo corto, por ejemplo). Cosas fundamentales: saber que hay que poner al bebé a demanda; que sí, que pide cada hora y a veces cada menos… y es así, eso es a demanda, pero eso no dura toda la vida, ni siquiera muchos meses; que al principio parece que no saca nada pero simplemente está aprendiendo a mamar y algo sí saca; que cuando sube la leche parece que aquello se desborda pero luego se regula (si damos a demanda); que no todos los niños son iguales y no hay que compararle con el de la vecina ni con otro; que si no te gusta tu médico, tu pediatra, tu matrona, y puedes, busques otro que te guste más; que llega un momento en que duermen solos y sin teta; que si tienes dudas llames sin dudar a alguna monitora de lactancia o –si la duda puede esperar- acudas a un grupo de lactancia; que te leas el libro de Carlos González (Un regalo para toda la vida) que viene todo bastante bien explicado y encima te lo pasas bien porque el hombre le echa mucho humor al escribir; que respetes siempre a los que no piensan como tú y si no encuentras ese respeto en los demás, no te hagas mala sangre ni intentes explicárselo que no lo van a entender, haz oídos sordos y punto; y que si te fríen a consejos no pedidos, pasa de ellos (incluyendo estos que estoy dando yo, que ya van demasiados ;-) y están dejando de ser cosas fundamentales de la lactancia. Terminando, que disfrutes de dar el pecho o lo veas simplemente como una inversión en dinero, comodidad y amor.

Silvia, Emma y Celia

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