lunes, 24 de octubre de 2011

20º Relato: Es más que alimento

Aprovecho esta entrada para reivindicar la lactancia materna, el derecho del niño a ser amamantado y de la madre a amamantar, a demanda, en cualquier lugar, sin miradas ni comentarios de desaprobación y hasta que el niño lo desee, a que reciban el apoyo necesario en los hospitales, a que no se interfiera en ella...



Nuestra experiencia con esto ha sido complicada... Estabamos muy informados sobre este tema antes del parto y estabamos decididos a darle teta a nuestro pequeñín. Ibamos a tener un parto en casa y todo iba a ser mucho más fácil, pero finalmente el peque nació en La Paz, con una cardiopatía, en un parto medicalizado, fuimos separados nada más nacer, tuvo que vivir tres semanas en una cuna de un box de la unidad de neonatología junto con otros 5 niños y padres, y yo en pleno posparto y con la episiotomía viviendo en una silla junto a la cuna y durmiendo en casa por las noches, aguantar consejos y no consejos sobre lo que debíamos hacer y no hacer, aguantar ver cómo le daban biberones hasta que a mí me subió la leche, aguantar juicios sobre los peligros de tener al niño en brazos (allí no parecían entender que el contacto con el bebé a mí me ayudaba con la subida de la leche, entre otras cosas), pelear con el sacaleches en casa llorando echandole de menos, aguantar el dolor del sacaleches en los primeros días, tragarme la sensación de ridículo por ir con una jeringuita diminuta con el poco calostro que salía para darsela, pedir un traslado a una habitación en el hospital para poder estar juntos mientras esperabamos la operación, enfrentarnos a la lactancia ya solos, sin gente incordiando pero llenos de cables y en un sillón horrible hasta el mes y medio, vivir el disgusto de la operación y tres semanas más en la uci viendonos dos veces al día y el resto del día en casa con el sacaleches, deshaciendo dolorosas bolas en las tetas producidas con el sacaleches gracias a unas buenas amigas que me dejaron a sus pequeñines varios días cuando ya no podía más (no tengo palabras para agradeceroslo, Marta, y Cielo), y vuelta a vivir al hospital a la planta despues del posoperatorio otra vez llenos de cables de vías y drenajes en una habitación compartida, sin poder ponernos más que en una postura en el sillón o de pie, y continuando con la vida en un lugar público expuestos a todo tipo de comentarios y supuestas ayudas que no hubieran hecho sino echar por tierra nuestra lactancia ("no comió bien? quieres un biberón?").



Pues bueno, tras casi tres meses de ingreso, hoy mi chiquitín tiene ya 5, y estamos en casa felices y disfrutando de nuestra lactancia, que nos ha costado pero que no cambiaríamos por nada. Porque nos mantiene unidos. Definitivamente la leche materna es más que la leche, es más que su comida, es nuestro momento, nuestro rato juntos, nuestras miradas, nuestra salud, nuestro orgullo. Y que nos dure. Lo que nos dure. Hasta que él quiera. Me hace feliz ofrecerselo, me siento bien, me siento orgullosa de haberlo sacado adelante.

Y no quiero dejar de animar a todas las que quieran hacerlo. Porque pueden. Podemos. Y nuestros niños se lo merecen.



Ha hecho falta mucha determinación, muchas ganas, mucha información (de la buena), y mucha ayuda. Gracias otra vez Marta y Cielo, gracias Ana D. por venir al hospital a verme sin conocerme, gracias Maricruz (fue un lujo conocerte), gracias Susana Ares, gracias Anabel, Virginia y Marina, gracias chicas de EPEN, gracias chicas del foro de ceutilacta, gracias Icíar por aquel masaje, gracias Mamá, Ana, Mariluz y Manuel, y gracias Javi por apoyarnos y protegernos. Hay un poquito de todos vosotros en esto...

2 comentarios:

  1. Me ha encantado tu relato. Te entiendo perfectamente. Yo también pasé por la misma situación, mi niño fue intervenido a los 13 días de nacer de una cardiopatía. Y gracias a mi guerrero pude darle el pecho hasta los nueve meses. En estas duras situaciones, la lactancia es mucho más que un alimento, es un orgullo, es un regalo. Enhorabuena y sigue disfrutando de tu bebé.

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  2. Gracias por tu relato! :-) Eres una gran madre!

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