jueves, 3 de noviembre de 2011

29º Relato: La lactancia para Papa

Cuando Rebe me propuso escribir un relato sobre lactancia materna, pronto supe como empezaría. Recordare perfectamente cómo nació nuestra hija, fue un momento muy hermoso, inolvidable.
Si existen cosas increíbles en esta vida, una es eso mismo, la creación de la vida. El nacimiento de un bebe es algo maravilloso, poder vivir el parto minuto a minuto es algo que es muy difícil de explicar con palabras y la que mejor lo define es inolvidable.
Desde el mismo momento de la concepción, en la madre comienzan una serie de cambios y es el principio de ese lazo madre-hija, que durara para siempre. Una vez que la madre da a luz, esa relación sufre una evolución natural y dan comienzo toda una serie de experiencias nuevas e increíbles. Ver como tu hija recién nacida apoyada sobre el pecho de su madre se mueve en busca del pezón para comer es algo que te deja alucinado, el bebe busca ese pezón para obtener el calostro y así empezar su nueva forma de alimentación. Dejara atrás su alimentación a través del cordón umbilical para adaptarse a su nuevo entorno de forma natural e instintiva.
Este breve resumen habla de la mama y el bebe pero a partir de ahora quiero hablar desde mi punto de vista, el del papa. Los sentimientos del padre durante el embarazo pasan por la ilusión, emoción, miedos, preocupaciones… Pero con la llegada de la lactancia, eso que solo puede hacer la madre, al padre le toca la hora de disfrutar de esos momentos. Ver la felicidad con que su hijo abraza el pecho de su madre y como es abrazo es devuelto con inmenso cariño. Ese pecho que igual le da de comer, que le ofrece calor y le da consuelo cuando llora o siente miedo y donde además le encanta quedarse dormido. Creo que poder ofrecer la lactancia materna a tu hijo es una de las cosas más bellas del mundo, ese contacto piel con piel para alimentar a tu bebe es la forma más natural que existe de criarlo, continuando con ese lazo que comenzó en la barriga de su madre y estrechando en el nuevo medio.
Yo en ese momento soy feliz, las veo juntas y me doy cuenta de lo a gusto que están, de cómo nuestra pequeña disfruta de ese momento y con cuanto cariño su mami la abraza y le dedica todo el tiempo que ella necesite y tantas veces como le apetezcan.
Sin ningún estudio más que el de la experiencia con nuestra hija y un curso al que nos apuntamos para informarnos sobre la lactancia materna sumado a las clases preparto y algún libro, he podido llegar a la conclusión de que la lactancia materna a demanda es lo mejor que podemos dar a nuestros hijos, al menos esa es nuestra elección. Además de por su alimentación y salud, por el lazo de unión que se mantiene de forma natural, porque ese tiempo juntos es lo mejor que nos podemos ofrecer mutuamente.
Porque nuestra hija es “un regalo para toda la vida”* desde el momento en que decidimos tenerla deseamos poder darle todo lo mejor, nosotros elegimos darle el pecho para enseñarle desde pequeñita la belleza de la naturaleza, lo sorprendente, fascinante y perfecta que es. Que sepa que desde que nació nos va a tener siempre a su lado para todo lo que necesite. A su madre que para darle lo mejor, sigue sacándose leche en su jornada laboral para que yo pueda darle, mientras ella trabaja, un biberón de leche materna y así poder mantener la lactancia todo el tiempo posible. Y a su padre para darle todo el amor y apoyo que necesiten.
Creo que el merito de las madres que se esfuerzan por mantener la lactancia materna a sus hijos debe de ser algo reconocido por esta sociedad “tan moderna”, yo os dedico estas líneas porque con la lactancia materna se cubren gran parte de las necesidades básicas del bebe, alimentación, abrigo, cobijo y amor, creo que la lactancia es la mejor opción. ¿Opináis lo mismo?

Para Noa, desde el corazón de Mama y Papa

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